Esto es como leer el prospecto de un medicamento. Si uno se ci??e a los riesgos potenciales (aunque remotos) de tomarse un simple analg??sico y acabar al borde del colapso, lo cierto es que se le quitar??an las ganas de tomarse la pastilla. En lo que respecta a las pol??ticas de privacidad, esas que nos vemos obligados a aceptar cuando instalamos alg??n software, si uno se lee al pie de la letra todo el contenido de las mismas, es posible que le invada el p??nico y aborte la idea de instalar el programa o utilizar el m??vil.
Si lo recuerdan, Facebook se vio en un serio aprieto al salir a la luz las condiciones de uso de Messenger en las que el usuario se ve??a obligado a aceptar que la firma de Zuckerberg tuviera acceso al micr??fono del m??vil, hacer llamadas o enviar SMS sin el permiso del due??o o grabar v??deos y sin que nadie se enterara. Le??do esto a uno se le pon??an los pelos como escarpias, aunque lo cierto es que la mayor??a de los desarrolladores se ven obligados a exigir la r??brica de estas condiciones para poder dotar de funcionalidad al software con el amparo de un marco legal.
Por lo general y salvo estos sustos, no hay problema porque nadie se suele leer los acuerdos de privacidad. Bueno, casi nadie. Michael Price, un abogado que defiende los derechos civiles, decidi?? que ya era hora de jubilar su viejo televisor y hacerse con un moderno y flamante smartTV. Del viejo tubo a la pantalla plana y las posibilidades que ofrece un televisor conectado a internet.
Un usuario medio abre la enorme caja con ilusi??n, monta el televisor, ojea las instrucciones lo m??nimo posible para comenzar a disfrutar de su nuevo juguete, y la caja con el resto de documentaci??n legal y dem??s va de cabeza al contenedor de reciclaje. Pero a Price le interes?? especialmente aquel tocho de 46 p??ginas que explicaba la pol??tica de privacidad que el usuario se ve??a obligado a aceptar para disfrutar del potencial del equipo. ??46 p??ginas? ??En serio? Nuestro hombre vio tela que cortar en el asunto y se puso c??modo en el sof??.
Una que tele escucha lo que decimos
Con la cabeza bien preparada para comprender el alcance de los t??rminos legales y mucho tiempo libre, el abogado se dispuso a despedazar el casi medio centenar de p??ginas del documento, ese que presuntamente nadie se supone que lee. Y bien, tomen asiento porque el asunto se las trae.
La versi??n corta del asunto es que el moderno televisor en cuesti??n pasa por el mismo filtro legal que antes hemos mencionado del software, pero una explicaci??n m??s detallada y extendida, presenta unas condiciones dif??cilmente aceptables para cualquier usuario con un m??nimo de celo por su intimidad. Como saben, algunos de los modelos de televisores inteligentes cuentan con c??mara y micr??fono para efectuar videollamadas, o bien, como es el caso del televisor de Price, para recibir comandos de voz de forma que pueda encenderse o cambiar de canal sin tocar el mando.
Pues bien, resulta que escondida entre la extensa colecci??n de p??ginas se encontraba una cl??usula que advert??a al usuario que tuviera cuidado con lo que hablaba frente al televisor puesto que sus palabras ser??an ???enviadas a terceros??? en lo que ya parece haberse convertido en un mercado persa de tr??fico de informaci??n cada vez m??s sensible entre las marcas. Y lo peor del asunto es que el televisor escucha aunque no est?? encendido.
Por otro lado, la c??mara cuenta con reconocimiento facial aunque en este caso las im??genes no son almacenadas en la nube, sino en el propio dispositivo. Lo realmente preocupante del asunto es que cuando uno se enfrenta a un ?????acepta usted que??????? con la casilla de ???aceptar??? o ???declinar???, si opta por lo segundo, el equipo que acaba de adquirir deja de ser smart y pasa a ser un televisor m??s sin lo mejor de sus funciones.
Al final no queda otra que pasar por el aro y aceptar que para poder disfrutar de las modernidades de la tecnolog??a uno debe vender su privacidad, en el mejor de los casos, ??nicamente a la marca que vende el dispositivo, algo que el abogado considera ???inaceptable???.
Y esto es s??lo el comienzo: con la difusi??n de los diferentes equipos en torno al bautizado como internet de las cosas, nos iremos encontrando con m??s electrodom??sticos conectados al router y oblig??ndonos a vender nuestras verg??enzas para poder utilizarlos. Como dice el letrado, el FBI no necesitar?? instalar micr??fonos en nuestro sal??n, ???lo haremos nosotros mismos por ellos???.
Leer m??s: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2014-11-05/tienes-una-smart-tv-puede-espiar-todo-lo-que-dices-y-tiene-tu-permiso_434772/